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El sector ha reaccionado unido y a lo grande

“El sector hortofrutícola en un momento de profunda crisis como ésta ha demostrado a todos cuán indispensable y estratégico es estar unidos, cuando por lo general, y desde hace demasiado tiempo ha sido ignorado.

En pocos días las empresas del sector han instaurado un espíritu de colaboración extraordinario. Una reacción y una coordinación excepcional que ha revelado cuán fuerte e indispensable puede ser el sector unido”.

Marco Rivoira, administrador delegado del homónimo grupo piamontés, entre los principales operadores hortofrutícolas nacionales, no esconde su entusiasmo ante la capacidad del mundo hortofrutícola de saber hacer frente, de confrontarse, de poner a disposición de los demás sus experimentos cotidianos para afrontar de la mejor manera posible, la emergencia causada por el coronavirus. Todo en pocos días.

“Incluso el GDO, aunque no todo, ha demostrado con el paso de los días un espíritu colaborativo con el mundo productivo que en pocas circunstancias ha tenido”

La empresa cuneese ha sido una de las primeras en adoptar todas las precauciones necesarias, instalando mamparas para separar y evitar el contacto entre los trabajadores en los almacenes, además, obviamente, de la obligación de utilizar mascarillas, guantes y geles higiénicos. El encomiable esfuerzo de los empleados de la empresa de Verzuolo ha sido recompensado incluso con un aumento del salario.

El mercado parece que aguanta el Covid-19. “En Italia y en Europa hoy no estamos encontrando problemas particulares en las entregas de la mercancía”, afirma el empresario piamontés. “Un trabajo encomiable lo está haciendo el sector de los transportes, que en particular gracias al espíritu de sacrificio de los conductores, está distribuyendo los productos de manera bastante regular. Los únicos problemas están surgiendo fuera del Viejo Continente y, en particular, en la India, donde se asiste a desagradables especulaciones sobre los precios”.

La principal preocupación ahora para los próximos meses, especialmente, es la falta de mano de obra. “La incógnita es cómo se gestionarán y se llevarán a cabo las nuevas cosechas de las producciones de primavera y verano”, afirma Rivoira. “Ahora estamos vendiendo el producto almacenado. Pero se necesita personal para las nuevas colecciones. Me temo que será difícil contar con los trabajadores extranjeros”. Por otra parte en este momento los trabajadores extranjeros, especialmente de Europa del Este, están dispuestos (o capaces) a venir a recoger en Italia. “En vista de la situación, debemos crear las condiciones para atraer mano de obra italiana”,osserva l’AD di Rivoira.

Las existencias de frutas y hortalizas pueden empezar a escasear si la crisis perdura durante mucho tiempo. ” Esta podría ser una oportunidad para que los trabajadores de otros sectores en crisis, como el turismo, vuelvan a entrar en juego. El sector hortofrutícola puede sufrir una de reactivación desde el punto de vista laborable incluso para otros sectores hoy completamente firmes. Pero para ello, es necesario reducir la burocracia para contratar al personal con rapidez y facilidad”, explica Rivoira. “Estoy seguro de que aprenderemos mucho de esta emergencia. Una experiencia que dejará huella en el tiempo”.

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